La cumbre de la OTAN y los estados de ánimo: Biden más fresco, Zelenski contento y Stoltenberg preocupado

Los líderes de la OTAN, en Washington.
Los líderes de la OTAN, en Washington.
EFE
Los líderes de la OTAN, en Washington.

Ha habido una palabra clave en la primera jornada de la cumbre de la OTAN en Washington. La de la propia Alianza Atlántica, que celebra su 75 aniversario, y la de un Joe Biden que se ha mostrado más firme que en otras ocasiones, con un discurso potente y alejado de los titubeos de las últimas semanas. La vida son estados de ánimo y de eso está yendo también el encuentro de líderes de la organización, con todos los ojos puestos sobre Rusia y Ucrania. Pero no todos se sienten igual: Biden está más fresco, Volodimir Zelenski se siente contento, pero Jens Stoltenberg no quiere despistes y avisa de los riesgos presentes y futuros que todavía están sobre la mesa.

De momento el gran paso de la cumbre ha sido el compromiso de seguir ayudando a Kiev frente a Moscú. Así, Estados Unidos, Alemania y Rumanía se han comprometido a enviar baterías Patriot adicionales a Ucrania, mientras que Países Bajos y otros socios donarán componentes Patriot para permitir la operación de una batería antiaérea de ese tipo e Italia donará un sistema SAMP-T, según un comunicado conjunto, que ha reforzado también las palabras de Biden en el inicio de la reunión.

"Es bueno que seamos más fuertes que nunca, porque este momento de la historia nos exige fuerza colectiva. Los autócratas pretenden alterar el orden mundial que en general se mantiene desde hace casi 80 años, y contando", resumió el presidente de Estados Unidos, que ha celebrado además que cada vez haya más aliados que están en el 2% del PIB en inversión en Defensa. Confía además Biden que el resto estén en el camino, entre ellos España -al que todavía le queda mucho trabajo por hacer pese al compromiso del Gobierno-. Washington, asimismo, considera que la OTAN es "el garante de la libertad" en el escenario global, sobre todo frente a la amenaza de Putin.

En ese contexto, EEUU y la Alianza tienen claro que el Kremlin quiere "borrar" a Ucrania del mapa, pero ven opciones de que Kiev gane la guerra. "Los grupos terroristas siguen tramando el mal para causar caos y sufrimiento. En Europa, la guerra de agresión de Putin contra Ucrania continúa, y Putin no quiere nada menos que la subyugación total de Ucrania para acabar con la democracia de Ucrania", expuso un Biden rotundo, firme, capaz y por momentos muy convincente, en un momento en el que más se está dudando sobre él y su candidatura en las presidenciales de noviembre frente a Donald Trump.

Joe Biden tiene claro, al mismo tiempo, que la OTAN no es una casualidad en la historia. "El hecho de que la OTAN siga siendo el baluarte de la seguridad mundial no ha ocurrido por accidente. No ha sido inevitable. Una y otra vez, en momentos críticos, hemos elegido la unidad frente a la desunión, el progreso frente al retroceso, la libertad frente a la tiranía, la esperanza frente al miedo. Una y otra vez, nos hemos mantenido firmes", asume un presidente de Estados Unidos que quiso reivindicarse como el líder de facto de la organización. Cree que la unidad ahora mismo de Occidente es "una obligación moral".

Putin no quiere nada menos que la subyugación total de Ucrania para acabar con la democracia de Ucrania

Esa capacidad de Biden coincide además con un Volodimir Zelenski que está satisfecho de los primeros pasos de la cumbre, sobre todo por la promesa de algunos países de enviar apoyo militar. Todo es respaldo, con los Patriots como eje fundamental "ayudará a destruir los drones y misiles rusos y a proteger mejor a los ucranianos del terrorismo aéreo ruso, como el brutal ataque perpetrado en la víspera en su principal hospital infantil", expuso en redes sociales el presidente ucraniano, que espera que esa ayuda se mantenga en un momento en el que Moscú ha tomado ventaja en el conflicto.

"Podemos y debemos privar a Rusia de la capacidad de aterrorizar a Ucrania. Cuanto antes pongamos fin al terrorismo ruso, antes mejorará la seguridad de todas las naciones amantes de la paz", concluyó un Zelenski que acepta los pequeños pasos antes de que se hable en serio de una posible incorporación del país a la OTAN, algo que se menciona, sí, pero sin establecer plazos o un calendario de entrada. La prioridad ahora para Occidente es que Rusia no venza.

Quien mantiene la tensión, con todo, es el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, quien avisa de los riesgos presentes y futuros. "El mayor coste y el mayor riesgo será que Rusia gane en Ucrania. No podemos permitirlo. No solo envalentonaría al presidente Putin, sino que también envalentonaría a otros líderes autoritarios en Irán, Corea del Norte y China. Todos ellos apoyan la brutal guerra de Rusia. Todos quieren que la OTAN fracase. Así que el resultado de esta guerra dará forma a la seguridad mundial en las próximas décadas. El momento de defender la libertad y la democracia es ahora. El lugar es Ucrania", resumió, y alertó de los efectos colaterales que podría tener un triunfo de las tropas rusas en su invasión de Ucrania.

Es una situación que no se va a resolver en el corto plazo, pero de momento los pasos de la Alianza, a ojos del noruego, ha sido un éxito. "Se ha salvaguardado la libertad. Esto convierte a la OTAN en la alianza más exitosa de la historia. Para comprender el éxito duradero de la OTAN, es importante reconocer que nuestra Alianza transatlántica nunca fue algo que ya estaba hecho. Al contrario, es el resultado de elecciones deliberadas y decisiones difíciles", terminó, al tiempo que avisó que se trata de algo que va a marcar también "a las próximas generaciones".

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